El acompañamiento favorito del 99% de los consumidores.
Pero… conoces todos los tipos de pan que exiten? Aquí descubrirás los esenciales.
Barra o pistola
Es el más consumido en España, “el de toda la vida”. Ese por el que cientos de niños han tenido que interrumpir sus juegos para ir a comprarlo a la panadería más cercana a su casa. La definición más certera es que es una pieza alargada y estrecha que presenta una corteza con varios cortes y una miga esponjosa. Un derivado más fino -más largo y estrecho- es la baguette o pan francés, que se hace también con harina de trigo.
Trenza
Es una pieza alargada compuesta por dos o tres tiras de masa que se unen en una y recuerda por su forma a una trenza del cabello.
Candeal
Aunque lo puedes encontrar en barra, conocido como “picado o pan de picos” por las puntas que le hace el panadero antes de hornearlo, su forma original es en forma de torta o rosca. Es un pan que se elabora con harina blanca de trigo candeal, lo que da como resultado una corteza consistente y una miga prieta.
Alcachofa
Es un panecillo redondo individual que se diferencia por sus cortes en la corteza en forma de cruz. La masa es la misma que la de la barra de pan.
Rosca
Popular por las famosas roscas rellenas. Tiene forma de aro y se elabora en distintos tamaños y con distintos tipos de masa.
Pan payés
También llamado “pan de pueblo”. Es una hogaza típica de Cataluña que tiene un gran tamaño y peso. Su corteza es gruesa y crujiente, su miga contundente y algo oscura, y consta de unos pequeños agujeritos en el exterior. Con este pan se consiguen esas grandes y finas tostadas sobre las que se unta de maravilla el tomate, que da lugar al “pa amb tomàquet” o “pan tumaca”.
Torta de aceite
Es un pan chato, redondo, casi plano, con una miga apretada y una corteza dorada y crujiente, lo que se consigue al untarla con aceite antes de hornearla.
Integral
Se elabora con la harina obtenida mediante la molturación del grano de trigo completo. Desde el punto de vista nutritivo es más completo. También se puede completar con semillas, frutos secos o frutas desecadas. Variedades que intentan embellecer un pan que todavía hoy tiene pocos amigos, a pesar de sus muchos beneficios para el organismo. Dentro de este tipo se encuentra el pan de centeno. Es más oscuro que el de trigo y más compacto, por lo que su olor y su sabor son más intensos.
Gallego
Su nombre viene de la harina de trigo gallego que se utiliza para su elaboración. Ésta tiene una mayor acidez y es de hidratación y fuerza alta. Su miga no es del todo blanca al mezclarse con harina de centeno. Una vez tostado se suele cubrir con una capa de harina. Lo encontrarás en forma de rosca, hogaza, o con moña. Debido a su gran tamaño se suele vender al peso y en piezas.
Panes especiales o gourmet
Responden a las últimas exigencias del consumidor más sibarita. Se trata de panes elaborados de forma artesana, en los que se incluyen diversos ingredientes, y carecen de aditivos químicos. Los verás decorados con pipas, semillas de amapola, ajo y perejil, pasas, cebolla, aceitunas negras o queso rallado. Una vistosidad que también se hará notar en su precio final.
Pan ácimo
Es el más sencillo de hacer y cuenta con la característica de que entre sus ingredientes no se incluye la levadura. De ahí que su masa sea más compacta, no fermente y no “suba”. Con él se elaboran las tortas típicas de la India (chapati), las tortillas de maíz de Centroamérica, los panes que toman los judíos durante la Pascua, y las formas sagradas que toman los cristianos en la comunión.
Pan de maíz
Se elabora con harina de maíz, por lo que no contiene gluten. Es perfecto para las personas que sufren intolerancia al gluten.
Pan de molde
Similar al pan blanco, aunque se añade grasa para que sea más blando. Este tipo de pan también ha arrastrado durante algún tiempo algunas afirmaciones falsas. Así, se ha dicho que se prepara con aceites poco saludables, que tiene más sal, más azúcares y más químicos que el pan tradicional. Por el contrario, y gracias a los avances de la industria alimentaria, este pan se elabora con aceites vegetales, normalmente de oliva o de girasol, y de la forma más natural, sólo con harina, agua, levadura, un poco de aceite y una pizca de sal. Comprueba sus ingredientes en el etiquetado y que no te engañen.